En
2008 desilusionados por las experiencias anteriores decidimos no presentar
ningún proyecto a los Campos de Voluntariado Ambiental de la Consejería de
Medio Ambiente. Pero alentados por el técnico de Educación Ambiental en ese
momento elaboramos un proyecto para buscar historias que se llamaba “Removiendo
Leyendas”. Hubo que remodelarlo, los voluntarios tenían que sudar durante el
campo e ir de pueblo en pueblo, hablando con sus vecinos, rescatando sus
recuerdos, sus vidas, sus historias no les iba a provocar ni una sola gota de
sudor. Tuvimos que arreglar una pequeña charca, reponer las señales caídas de
varios senderos, arreglar el minibosque a cambio de poder rescatar las
leyendas. Mereció la pena.
Trece
personas nos juntamos en el Aula de Naturaleza Paredes con procedencias muy
diversas. Había un brasileño que sabía yoga, una francesa que quería ser
pastora, un almeriense que ganaba premios de fotografía, un gaditano que quería
conocer el Cabo de Gata, ….así hasta juntar un grupo en el que cada uno ponía
una visión del mundo según de donde venía.
Durante
diez días recorrimos Abla, Abrucena, Fiñana, conociendo sus secretos, hablando
con la gente. Conocimos a Enriqueta, a mujeres que con chapas de los refrescos
hacían bolsos, a mujeres que se formaban para mostrar los encantos de su
pueblo, a los que más sabían en la Moncloa. Se nos abrieron los despachos de
los alcaldes, las puertas de los que ya habían dedicado parte de su vida a
hacer ese trabajo. Recogimos libros, revistas, recetas, besos, abrazos,
cariños, juegos únicos en el mundo, canciones perdidas, chascarrillos,
recuerdos.
Conformamos
un pequeño muestrario de la Comarca del Río Nacimiento, limitada por el poco
tiempo, por la amplitud del estudio, pero suficiente para llevarnos una idea de
las gentes que lo pueblan.
El
documento quedó olvidado en los rincones ocultos de un portátil.
A
la par, los años anteriores y posteriores al campo, la imaginación del autor
era puesta a prueba por chicos y chicas que querían oír historias de miedo en
la oscuridad de un bosque. Historias que a muchos no le dejaron dormir alguna
noche, historias que a otros no se le olvidaron jamás. Así que un día pensando
que esas historias podían interesar a más gente decidimos completarlas con
aquellos recuerdos rescatados. Pero aun no era suficiente, así que buscamos
hechos históricos que las hicieran más creíbles y poco a poco, relato a relato,
se fue conformando un libro que pretendía enseñar a los lectores y visitantes
un poco más sobre esta maravillosa comarca.
Pero
aun nos parecía poco. Sabíamos que teníamos pequeños tesoros en papel, no por
su calidad literaria, sino por su contenido y como tales queríamos mostrarlos
al mundo. Y pensando en esos tesoros llegamos al geocaching. Un juego que habíamos
practicado alguna vez que consiste en buscar tesoros, cachés, que la gente
esconde bajo unas coordenadas concretas. Era una buena idea, la de mezclar los
tesoros literarios con los tesoros físicos. Y el resto, el unirlos con los senderos
fue algo que cayó por su propio peso. Para llegar a esos tesoros había que
recorrer unos senderos que curiosamente estaban relacionados con los relatos.
Y
sin saber que estaba ocurriendo nos encontramos con un libro de relatos,
relacionados con unos senderos y que pronto esconderían un tesoro. Un libro, un
juego, una forma de hacer deporte mezclados como por arte de magia en nuestras
manos.
Pero
nos faltaba dinero para sacar el libro, para financiar próximos proyectos. Así
que vimos en el Crowfunding una forma de que mecenas anónimos nos ayudasen a
sacarlo adelante. Y lo lanzamos con una gran ilusión, pero algo falló. No
conseguimos nuestro objetivo, nos quedamos bastante alejados de la meta. Al
principio nos quedamos un poco defraudados pero nos dimos cuenta que el
proyecto había gustado, que habíamos conseguido algunos apoyos que merecían que
no los defraudásemos. Y por ellos, por ser fieles a nosotros mismos, por
confiar en nuestras ideas, lo hemos sacado adelante.
A
partir de ahora no sabemos lo que pasará, si conseguiremos vender algún
ejemplar, si alguien se animara a hacer los senderos para buscar los tesoros, si
volveremos a fracasar. De lo que si estamos seguros es que hemos puesto nuestro
empeño en esto y debe dar sus frutos. Según los que obtengamos haremos
mermeladas, o los secaremos al sol para cuando llegue el frio invierno, o los
saborearemos tal como lleguen a nuestras manos. Así lo esperamos y es nuestro mayor deseo.
Esperamos
que os guste la propuesta, que la hagáis vuestra, que la difundáis, que compréis
el libro, que recorráis los senderos, que vengáis de visita a la Comarca del
Río Nacimiento, que encontréis cada uno de los tesoros que esconde esta preciosa
tierra.
Os
esperamos en el camino, en alguna librería, entre las calles estrechas de Abla, Abrucena y Fiñana, que
esconden secretos, muchos secretos en los senderos.